martes, 31 de julio de 2012

Continúa la fuga de capital extranjero

España se ha convertido en un país tóxico, los inversores extranjeros no quieren ni oír hablar de él. Ni ingentes paquetes de recortes de gastos, ni fuertes subidas de ingresos, ni un rescate para la banca... Solo el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, simplemente con su voz, ha sido capaz de aplacar a los mercados. Pero los meses pasados fueron de color gris oscuro tirando a negro.
La prima de riesgo es el termómetro más visible del temor que causa y los datos de la balanza de pagos confirman que el dinero foráneo volvió a salir en desbandada el pasado mayo, según la balanza de pagos presentada hoy por el Banco de España. Y eso que en mayo el riesgo país -la diferencia entre lo que ha de pagar España por financiarse a 10 años frente al sacrosanto bund alemán al mismo plazo- se mantuvo por debajo de los 540 puntos. Un nivel estratosférico, al igual que el actual que divaga alrededor de los 530, pero lejos del récord de la época euro que rozó la semana en los 650 puntos.
Los inversores extranjeros sacaron de España 41.100 millones de euros en total en mayo, mes en el que estallaron los problemas de BFA-Bankia, que han desembocado con su posterior nacionalización. De esta cantidad, 12.200 millones fueron ventas de acciones y, especialmente, de deuda pública, que supone alrededor del 80% del mencionado importe; los 28.900 millones restantes fueron principalmente salidas de depósitos y cancelaciones de préstamos del exterior al sistema financiero nacional. La banca extranjera continúa con su política del puño cerrado hacia la banca española.
La mala señal es que la desconfianza de los propios españoles en el sistema financiero español se agrava. Retiraron 18.720 millones de europs, que incluyen tanto depósitos como préstamos de la banca nacional a sus colegas extranjeros. La cantidad que ha salido supone un gran aumento respecto al importe que se marchó en abril: 4.643 millones. La buena noticia (las cursivas no son casualidad) está en que, en cuanto a inversiones de cartera (deuda pública principalmente como hemos explicado), los españoles se trajeron 3.191 millones de euros. Es decir, vendieron activos fueros (deuda alemana, por ejemplo) para entrar en deuda soberana nacional o acciones.
Espantada equivalente al 30% del PIB en 12 meses
Muy lejos quedan los registros conseguidos entre los años 2004 y 2007, cuando los inversores extranjeros llegaban a España atraídos por la seguridad del paraguas del euro e inyectaban en el país hasta 26.500 millones de euros en un solo mes en deuda y acciones, como pasó en junio de 2005. La prima de riesgo era entonces testimonial y la financiación llovía del cielo desde los sistemas financieros del norte de Europa. Nada parecido a la situación actual. Los Pirineos se han convertido en una frontera. No entra dinero; solo sale.
La alerta roja saltó marzo, cuando el capital extranjero huyó a un ritmo no visto desde la quiebra de Lehmam Brothers, en septiembre de 2008. Pero las malas noticias vienen desde mucho más atrás. Las ventas de inversiones de cartera (principalmente bonos y deuda) de los inversores foráneos fueron de 133.200 millones en los últimos 12 meses, y si a esta cantidad se suma la partida de otras inversiones (depósitos y financiación al sistema financiero) la huida de los últimos 12 meses se coloca en más de 321.000 millones de euros. La cifra es realmente alarmente, puesto que supone el 30% del Producto Interior Bruto (PIB) español en 2011, de 1,07 billones de euros, según los datos del Instituto Nacional de Estadística

No hay comentarios:

Publicar un comentario